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All This and More to Forget

Resignado a escribir sobre música. Una sincera disculpa a todo el mundo. El screamo es lo único que me queda.

Nails

Nails - Unsilent Death (2010)

Inhalar y exhalar...

¿Recuerdas esa sensación?

¿La calma recorriendo cada milímetro de tu cuerpo?

¿El alivio evocado en el alma?

Yo tampoco.

Por suerte, Unsilent Death desbloquea recuerdos y memorias de esos agresores que continuamente sofocan nuestra dignidad. Material que revela la violenta presencia de aquellos culpables que nos quitaron la capacidad de respirar. Nails despierta nuestros más profundos instintos, desencadenando la destrucción de esa simulación colectiva conocida como la puta sociedad.

Como era posible imaginar, este disco no aparenta ser un momento de superación. No se debe esperar de vuelta la libertad que nunca hemos conocido. Unsilent Death es, en realidad, la expulsión de todo rastro de anestesia dentro de tu organismo. Un estimulante para el trauma y el dolor reprimidos.

Conform arranca con una batería que sacude todo tu sistema nervioso. En lo más profundo de tu mente se desata un endless pit que prefiero no experimentar. Todd Jones expone con sus versos la mierda común y regular acerca del 1% en el poder —toda esa perversión moral que frecuentemente ignoramos con placentera indiferencia. La intensa violencia y el clásico discurso social de banda harcorera son complementados por una Converge vibe (cosechada con la producción de Kurt Ballou).

Unsilent Death tiene su rola self titled, constituida por un riff digno de un mosh mucho más amigable (en términos de powerviolence, por supuesto). En el coro de la canción, Todd Jones escupe: I feel the knife turn/I watch my life descend/In spite of the world. La banda por fin le baja a su desmadre. Chance y vas a salir vivo de esta. Sin previo aviso, Todd te acuchilla por la espalda. Consume tu alma. Te ves poseído por un inagotable sufrimiento ¿Sensación agradable?

El artwork de Unsilent Death es un gran filtro musical, un sencillo test de personalidad. Cualquiera vislumbra la posibilidad de experimentar un infierno musical, un pinche malviaje en las profundidades del ser. La gran mayoría rechazará esta épica oportunidad. No los culpo. Cumplan su misión de vida. Encuentren sus pasiones. Mientras, el resto de nosotros temblará con ansiedad (de la chida). Esperando que nos rompan el alma y el hocico. Rogando por satisfacciones enfermas. Sumisos ante Nails.